Ingredientes:
Caracoles
1 tomate
2 Cebollas medianas
Un vaso de vino blanco
Un manojito de yerbabuena
Guindilla al gusto
Sal
Elaboración:
Primero, deberemos "engañar" los caracoles, y para ello dispondremos de
un recipiente con agua poco tibia, por ejemplo una cazuela de barro para
horno sería lo ideal, pondremos en ella los caracoles y llenaremos los
bordes con sal para evitar que se escapen. Si podemos, la dejaremos al
sol. Cuando apreciemos que están todos fuera de la cáscara, pondremos la
cazuela al fuego tapada y les daremos un hervor. Una vez fríos,
quitaremos los que no hayan salido y reservaremos los demás.
Utilizando una cazuela de barro grande, sofreiremos el tomate,
la cebolla y la guindilla, todo ello cortado muy fino. Cuando ya nos
parezca casi hecho, añadiremos la yerbabuena, sal al gusto, y los
caracoles, con el vaso de vino, removiendo todo muy bien, y dejaremos
cocer tapado a fuego moderado durante unos minutos, hasta que reduzca la
salsa a nuestro gusto.
Se saca la cazuela a la mesa, y a mojar pan y comerse los caracoles, con la ayuda de un palillo.
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